Clases de pilates: crea la rutina ideal
Si te apasionan las clases de pilates y estás buscando llevar tu entrenamiento al siguiente nivel, combinar esta práctica con otras disciplinas puede ser una estrategia ideal. El pilates, especialmente en su modalidad MATT, ofrece beneficios innegables: fortalece la musculatura profunda, mejora la postura, potencia el control corporal y favorece la conciencia plena del movimiento. Pero, ¿qué ocurre si además lo integras con actividades como el cardio, la fuerza o incluso el yoga? La respuesta es simple: logras un entrenamiento completo, equilibrado y adaptado a tus objetivos reales.
Clases de pilates y entrenamiento de fuerza: una combinación para esculpir tu cuerpo
Uno de los mitos más frecuentes en torno a las clases de pilates es que por sí solas bastan para tonificar profundamente todo el cuerpo. Si bien el pilates activa y fortalece la musculatura estabilizadora (especialmente core, glúteos, espalda y suelo pélvico), añadir un trabajo complementario de fuerza —ya sea con pesas, gomas o autocarga— aporta volumen, densidad ósea y potencia muscular.
El pilates enseña a moverse con precisión, a controlar la respiración y a activar correctamente los grupos musculares. Esto se traduce en un mejor rendimiento cuando realizas ejercicios de fuerza más exigentes. Además, el riesgo de lesiones disminuye porque ya tienes una base sólida de movilidad y estabilidad. Combinar ambos estilos, incluso en días alternos, permite trabajar desde lo más profundo (pilates) hasta lo más superficial (fuerza), logrando un cuerpo fuerte, funcional y armónico.
Por ejemplo, podrías asistir a tus clases de pilates lunes y miércoles, y reservar martes y jueves para una rutina de fuerza. Así, optimizas la recuperación muscular y mantienes la motivación gracias a la variedad.

Clases de pilates y cardio: la clave para mejorar tu resistencia y salud cardiovascular
El pilates no es una actividad cardiovascular al uso, aunque algunas clases dinámicas (como Pilates Flow o Pilates con implementos) pueden elevar el ritmo cardíaco. Por eso, si tu objetivo incluye perder grasa corporal, mejorar tu capacidad pulmonar o incrementar tu resistencia, es fundamental complementar las clases de pilates con sesiones de cardio moderado o intenso.
Caminar a paso rápido, correr, nadar, bailar o hacer ciclismo son opciones ideales para incluir junto al pilates. Al alternar estos entrenamientos, logras un equilibrio entre control y fluidez, entre trabajo interno y esfuerzo cardiovascular. De hecho, muchos entrenadores recomiendan practicar entre 150 y 300 minutos de cardio a la semana, lo cual se puede distribuir de forma estratégica sin renunciar a tus sesiones de pilates.
Una semana equilibrada podría incluir tres días de pilates más dos o tres de cardio, sin necesidad de hacer sesiones extensas. Incluso puedes combinar en un mismo día una clase de pilates por la mañana y un paseo activo por la tarde. Lo importante es que mantengas la constancia y el cuerpo en movimiento.
Clases de pilates, yoga y movilidad: sinergia perfecta para cuerpo y mente
Una tercera combinación poderosa es la que une las clases de pilates con otras prácticas centradas en la conciencia corporal y la flexibilidad, como el yoga, el stretching o el trabajo de movilidad. Aunque muchas personas los confunden, pilates y yoga tienen enfoques distintos. El primero se basa en el control del movimiento y la fuerza funcional, mientras que el segundo pone el énfasis en la conexión cuerpo-mente y la espiritualidad del gesto.
No obstante, practicar ambas disciplinas genera una sinergia valiosa. Las posturas de yoga ayudan a mejorar la elongación muscular y a relajar el sistema nervioso, lo que complementa a la perfección el enfoque técnico del pilates. Por otro lado, los ejercicios de movilidad articular preparan al cuerpo para moverse con mayor fluidez y menos rigidez, lo que impacta directamente en la calidad de tus clases de pilates.
Puedes dedicar una sesión semanal exclusivamente a yoga o movilidad, especialmente en días en los que te sientas más tenso o fatigado. Así, equilibras cuerpo y mente, mejoras tu respiración y profundizas en el control que ya estás trabajando con el pilates.

Haz de tus clases de pilates el eje central de una rutina versátil
Integrar las clases de pilates con otras disciplinas no significa dispersarse, sino construir una rutina inteligente, completa y adaptable. El pilates es una base excelente porque mejora el control, la estabilidad y la conciencia corporal, pero al sumarle fuerza, cardio y movilidad logras un cuerpo más funcional, fuerte y saludable en todos los sentidos.
Recuerda que no necesitas ser un atleta ni pasar horas en el gimnasio. Bastan tres o cuatro sesiones semanales bien planificadas para notar resultados visibles y sostenibles. Escucha tu cuerpo, consulta a profesionales cuando sea necesario y prioriza siempre la calidad del movimiento. En Aurea by Respira encontrarás clases especializadas y acompañamiento real para que tu práctica de pilates evolucione contigo.
